Adam Smith (1780)

Adam Smith se
conoce por sus contribuciones a la doctrina de la economía clásica, pero su
análisis en La Riqueza de las Naciones, que se publicó en 1776, incluía un
brillante argumento sobre las ventajas económicas que las organizaciones y la
sociedad podrían obtener de la división del trabajo. Él empleó para sus
ejemplos la industria de fabricación de alfileres. Smith menciona que diez
individuos, cada uno realizando una actividad especializada, podrían producir
entre todos alrededor de 48 mil alfileres al día. Sin embargo, si cada uno
trabajara en forma separada e independiente, con un poco de suerte esos diez
trabajadores podrían fabricar 200 (o incluso diez) alfileres al día. Si cada
trabajador tuviera que jalar el alambre, estirarlo, cortarlo, martillar la
cabeza a cada alfiler, afilar la punta, y soldarle la cabeza a cada pieza,
sería un verdadero reto producir diez alfileres al día.
Smith concluyó que la división del trabajo aumenta la productividad al incrementar la habilidad y destreza de cada trabajador, al ahorrar tiempo que, por lo general, se pierde al cambiar de actividades, y al crear inventos y maquinaria que ahorraban trabajo. La amplia popularidad actual de la especialización del trabajo (tanto en puestos de servicio como la enseñanza y la medicina como en las líneas de ensamble en las plantas de automóviles) se debe sin lugar a duda a las ventajas económicas que citara hace más de 200 años Adam Smith.
Smith concluyó que la división del trabajo aumenta la productividad al incrementar la habilidad y destreza de cada trabajador, al ahorrar tiempo que, por lo general, se pierde al cambiar de actividades, y al crear inventos y maquinaria que ahorraban trabajo. La amplia popularidad actual de la especialización del trabajo (tanto en puestos de servicio como la enseñanza y la medicina como en las líneas de ensamble en las plantas de automóviles) se debe sin lugar a duda a las ventajas económicas que citara hace más de 200 años Adam Smith.
Frederick Winslow Taylor (1856 – 1915)
Frederick Winslow
Taylor renunció a la universidad y comenzó a trabajar como aprendiz de
modelador y maquinista en 1875. Con esta última categoría ingresó, en 1878, a
la Midvale Steel Company, de Filadelfia, y ascendió hasta el puesto de
ingeniero en jefe después de obtener un grado de ingeniería asistiendo a clases
nocturnas. Inventó herramientas de alta velocidad para cortar acero y la mayor
parte de su vida se desempeñó como ingeniero consultor. Por lo general se
reconoce a Taylor como "el padre de la administración científica".
Probablemente ninguna otra persona ha tenido una repercusión mayor sobre el
desarrollo inicial de la administración. Sus experiencias como aprendiz, como
obrero común, capataz, maestro mecánico y luego ingeniero en jefe de una compañía
aserrera, le dieron una amplia oportunidad para conocer de primera mano los
problemas y las actitudes de los trabajadores y observar las grandes
posibilidades para mejorar la calidad de la administración.
La famosa obra de Taylor titulada Principles of Scientific Management se publicó en 1911. Sin embargo, una de las mejores exposiciones de su filosofía de la administración se encuentra en su testimonio ante un comité de la Cámara de Representantes de los estados Unidos; se le obligo a defender sus ideas ante un grupo de congresistas, la mayoría de ellos hostiles debido a que creían, junto con los líderes de los trabajadores, que las ideas de Taylor conducirían a un exceso de trabajo y al despido de trabajadores.
La famosa obra de Taylor titulada Principles of Scientific Management se publicó en 1911. Sin embargo, una de las mejores exposiciones de su filosofía de la administración se encuentra en su testimonio ante un comité de la Cámara de Representantes de los estados Unidos; se le obligo a defender sus ideas ante un grupo de congresistas, la mayoría de ellos hostiles debido a que creían, junto con los líderes de los trabajadores, que las ideas de Taylor conducirían a un exceso de trabajo y al despido de trabajadores.
Max Weber
El sociólogo
alemán Max Weber (1864 – 1920), pensando que toda organización dirigida a
alcanzar metas, y compuesta por miles de individuos, requería un estrecho
control de sus actividades, desarrolló una teoría de la administración de
burocracias que subrayaba la necesidad de una jerarquía definida en términos
muy estrictos y regida por reglamentos y líneas de autoridad definidos con toda
claridad. Consideraba que la organización ideal era una burocracia con
actividades y objetivos establecidos mediante un razonamiento profundo y con
una división del trabajo detallada explícitamente. Weber también pensaba que la
competencia técnica tenía gran importancia y que la evaluación de los
resultados debería estar totalmente fundamentada en los méritos.
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